Las fragancias pueden tener un efecto notable en los visitantes. El uso selectivo de fragancias puede despertar ciertas emociones e intensificar la experiencia global. Por ejemplo, el aroma de agujas de pino frescas y canela en un mercado navideño puede evocar recuerdos nostálgicos y mejorar el ambiente festivo. En un museo, el sutil aroma del papel viejo y la madera puede acentuar el ambiente histórico.
En los parques temáticos, el marketing olfativo puede servir para tematizar distintas zonas. El dulce aroma del algodón de azúcar y las palomitas puede transportar a los visitantes directamente a un mundo de infancia feliz y despreocupada. En los casinos, una fragancia elegante y discreta puede resaltar el lujo y la exclusividad del lugar.
Por tanto, la integración de fragancias no sólo puede apelar a los sentidos de los visitantes, sino también dejar una impresión positiva y duradera en el recuerdo de la experiencia.